martes, 14 de junio de 2011

Ética y Globalización

Estimados todos,

¿A su criterio cual es la importancia de la Ética en el marco de los procesos globalizadores?

¿Consideran posible el establecimiento de una globalización justa?

Saludos cordiales,

Humberto De J. Ortiz R.

lunes, 13 de junio de 2011

Antroparquía, Ética y Derechos Humanos



Estimados todos,

Me gustaría conocer sus apreciaciones sobre la posibilidad de establecer el Derecho Global en la sociedad del siglo XXI?

Saludos,

Vorágine Mundial Vs. Ética Mundial

LA ÉTICA EN EL CONCIERTO INTERNACIONAL DE NACIONES
Vorágine internacional vs. Ética Mundial: Algo que debe ir más allá del compromiso

Vorágine Internacional
En el concierto internacional de naciones, aparecen situaciones en las que los Sujetos de Derecho Internacional basados en su soberanía y autodeterminación de los pueblos, ejercen su poder resguardados en el argumento de protección de su territorio e intereses, ante lo cual desconocen los fines del derecho internacional público y atentan directamente contra la humanidad, hecho este que genera responsabilidad internacional.
Un ejemplo de lo señalado se presentó durante el año 2008 en el incidente ocurrido en la frontera del Putumayo entre la República de Colombia y la República del Ecuador, en el que el ejército de la primera ingresó de forma violenta al territorio del segundo con el propósito de capturar y asesinar a un representante del grupo armado Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que se encontraba en la sierra ecuatoriana. Ante el incidente Ecuador realizó la protesta respectiva acompañado de la ruptura de relaciones diplomáticas, lo que desencadenó uno de los incidentes más fuertes de las relaciones entre ambos Estados y un tercero involucrado (Venezuela) en los últimos veinte años, llegándose incluso a hacer referencias de amenazas de guerra entre pueblos hermanos (Colombia y Venezuela), promovidas por Venezuela, situación ésta que demostró la incapacidad de diálogo y utilización anacrónica del poder por encima de lo humano.
En el marco de ese conflicto surgieron diversas posturas que socavaron las bases del entendimiento recíproco y alteraron la política internacional de la subregión, entre ellas, la del Presidente Colombiano Álvaro Uribe Vélez en la que señaló que la “soberanía era relativa cuando se trataba de garantizar los derechos humanos, y por ello se legitimaba la actuación de las Fuerzas Armadas Colombianas en territorio Ecuatoriano”, lo que desencadenó respuestas inmediatas en la escena internacional destacándose la expuesta por la Presidente de la República Argentina Cristina Fernández, quien alego en su momento que “no se puede hablar de soberanía relativa, simplemente se habla de soberanía, lo contrario sería dejar la puerta abierta a que cualquier Estado, cualquier potencia, basándose en ella, interviniera en el territorio de otros”, e igualmente la postura de la hoy (2010) Ex Presidente de la República de Chile Michelle Bachelet, al afirmar “que no puede alegar la protección de un principio del derecho internacional sobre la violación de otro”.
Como puede observarse en lo descrito, la superposición del poder y seguridad de un Estado, arrojó no sólo la violación del derecho internacional, sino que evidenció a su vez, la falta de diálogo genuino entre los actores, y por otro lado, la minusvalía de lo ético en lo solución del conflicto.
Ahora bien situaciones como la descrita, no sólo ocurren en el continente Americano, el mundo se enfrenta en la actualidad (2010) a un escenario incandescente en el que intereses económicos atentan contra el medio ambiente, conflictos religiosos desencadenan enfrentamientos sangrientos, el exacerbo e inadecuado uso de la expresión soberanía como manto protector para hacer en el seno de los Estados cualquier tipo de conductas “inadecuadas” sin atender a los llamados de atención generados en diversas latitudes mundiales, luchas por territorio y recursos renovables enfrentan a los pueblos, la amenaza de grupos terroristas coloca en zozobra a la comunidad internacional, el irrespeto a los compromisos adquiridos en el marco de las relaciones internacionales se hace frecuente, y la falta de coerción del derecho internacional, al igual que ciertas posturas de Organismos Internacionales pareciera ser permisiva de tales situaciones, como si en efecto, se olvidara en ocasiones el rol para el cual han sido creadas.
En este orden de ideas es necesario indicar que tales situaciones, han dejado de ser problemas de un lugar y se han transformado en problemas de todos. Huelga decir, se han dejado de lado los individualismos y estrechando los nexos en una aldea global. Un escenario que combina necesidades, experiencias y respuestas, lo que conlleva a afirmar que “los problemas que afectan al mundo son globales y requieren de soluciones globales” (Arellano, Ob. Cit. Pp.13)
Ahora bien, en la construcción de tales soluciones se hace imperativo el trabajo en conjunto de los actores involucrados, y al hacer referencia a ello, no se limita a los Estados, Organizaciones Internacionales y el hombre como sujetos por excelencia del derecho internacional, sino también al resto de actores de la convulsionada escena global-glocal-regional. Pero tal actuación y trabajo en conjunto se ve truncado toda vez que la participación si bien debería ser de todos, no es así en la práctica, y por ello el déficit de soluciones efectivas a los problemas globales parte del déficit ético que afecta tanto la práctica como las teorías de las relaciones internacionales.
Con base en lo descrito, y consciente de las asimetrías generadas por los procesos globalizadores, señala la doctrina, que es preciso incorporar la promoción de lo humano en las relaciones internacionales, y con ello de la ética, pues a partir de tal paso se hará posible la concientización de todos en la formulación de las respuestas a los problemas de la época, lo que se evidencia en el hecho de que la “humanidad, consciente o inconsciente está produciendo y reproduciendo una dinámica de mundo”. (Arellano, Ob. Cit. Pp. 14)
Otro hecho que coloca de manifiesto la carencia del entorno ético en las relaciones internacionales, y con ello la superposición del poder es el ataque cometido por Estado de Israel[1] a la flotilla humanitaria que se dirigía a Gaza[2] el 31 de mayo de 2010, con la finalidad de aminorar las necesidades presentes en la Franja de Gaza[3] derivadas del bloqueo realizado contra la misma por Israel[4]. El ataque del Ejército Israelí se produjo en la madrugada del citado día en aguas internacionales contra el buque turco Mavi Marmara, arrojando como resultado una veintena de activistas fallecidos y decenas de heridos. La embarcación y sus ocupantes formaban parte de la expedición “flotilla de la libertad” integrada por más de 750 personas repartidas en 6 embarcaciones. Aunado al hecho, los activistas detenidos una vez llevados a territorio de Israel fueron “invitados” a firmar un documento de deportación voluntaria o, en caso de rechazo ir a prisión. Ante lo cual surgen diversas interrogantes: 1) Tiene legitimidad Israel de ejecutar detenciones en aguas internacionales, 2) Se puede deportar a quien no ha ingresado ilegalmente a un territorio sino que ha sido ilegítimamente detenido fuera de la jurisdicción del Estado y llevado por autoridades locales al mismo, 3) Puede ser condenado y por ende privado de su libertad una persona sin haber cometido un delito en el territorio de un Estado, vulnerando así el principio de legalidad nulla crimen, nulla pene, sine lege?.
En las tres interrogantes planteadas la respuesta debe ser negativa, y es así toda vez que en la escena internacional rige el principio de soberanía en el territorio de los Estados, más allá de este todo lo que ocurra puede ser perseguido con base en el principio de solidaridad por la justicia internacional. En el segundo supuesto, un Estado no tiene jurisdicción para detener a alguien fuera su territorio, menos aún para deportar a quien no ha ingresado a su territorio por su propia voluntad, sino que ha sido privado ilegítimamente de su libertad y llevado al mismo en forma coercitiva. En tercer lugar, un Estado es incompetente para condenar a alguien por un hecho no tipificado como delito, ello violenta el principio universal de presunción de inocencia y socava la expectativa plausible de libertad, consagrada como un derecho humano fundamental.
Ahora bien, sin pretender emitir valoraciones a favor o en contra de uno u otro actor involucrado en el conflicto, se considera pertinente traer a colación lo siguiente:
Una vez más hay que recordarle a cada soldado y oficial israelí que hasta el final de los tiempos los israelíes tendrán que vivir codo con codo con los palestinos. Así que deben, sirviéndose de su poder militar, pero también reconociendo que ellos siempre serán una minoría en la región, combatir sin perder el sentido común y respetar a sus enemigos de ahora, que serán sus vecinos en el futuro. (Yehoshua, 2004: on line).
Incorporación de la Ética en la escena Internacional
El enfrentamiento entre la ética y las relaciones de poder en el marco de las relaciones internacionales se encuentra en pleno desarrollo. No obstante, la primera esta ocupando en la contemporaneidad el epicentro fundamental de las discusiones mundiales. Ello es así, porque al realizar un revisión de la conflictividad presente en el concierto internacional de naciones es posible identificar que las causas y subcausas de los problemas de hoy (2010) al igual que los de ayer se encuentran en la incapacidad de entendimiento entre los actores.
            Así pues la necesidad de incorporar al juego internacional la supremacía de los valores que sustentan la paz, es decir, el diálogo genuino, la tolerancia activa, el aprecio a la diversidad y el respeto a la dignidad de la vida, es algo que debe ir más allá de la retórica y un compromiso inacabado que se pierde en el tiempo, a convertirse en un práctica constante de la comunidad internacional.
            Con base en lo descrito, la ética no sólo debe servir de medio o elemento para el mantenimiento de un statu quo en el concierto internacional de naciones, sino que debe constituir la razón fundamental para el alcance de sus objetivos y la garantía del desarrollo de la humanidad. La sociedad contemporánea exige una actuación responsable de sus actores donde la vorágine incandescente encuentre un sistema de frenos y contrapesos que oriente el trabajo internacional hacia un progreso constante y no hacia un estancamiento prolongado en aras de ver como se supera el conflicto.



[1] El Estado de Israel nace en el año 1948 “bajo la premisa “Se nos debe conceder la soberanía sobre una porción de la superficie de la tierra adecuada a nuestras necesidades y a nuestras justas ambiciones de pueblo: a todo lo demás ya proveeremos nosotros mismos”. Situación que se ha materializado por más de 60 años aunque con justificadas quejas de los palestinos. Para estos la creación del Estado de Israel es “al- Naqba” que significa “La Catástrofe””.  (Naira Fernández, 2009. Pp. 166)
[2] Es una estrecha franja de tierra situada en el Oriente Próximo, al suroeste de Israel y al noreste de la península del Sinaí de Egipto, y que junto con Cisjordania forma los Territorios Palestinos
[3] Desde el inicio de la segunda intifada en 2000, el Ejército israelí realizó numerosas incursiones de represalia en la Franja. Los israelíes instalaron puestos de control fronterizos y restringieron el ingreso de personas desde la Franja de Gaza hacia Israel. Desde el 2001 hasta la fecha, ha sido el lugar donde se lanzan de manera constante misiles tipo Qassam II y Katyusha hacia las poblaciones fronterizas de Israel, como Sderot. En el 2005 la Knéset aprobó un plan de retirada de la Franja, que se llevó a cabo en septiembre de 2005. Desde entonces, la Franja ha sido escenario de la denominada Crisis de Gaza en 2008, y del conflicto militar de 2008-2009.
[4] “Existe una mala conciencia difusa en muchos sectores israelíes dada la ocupación sin compasión que ha hecho la política oficial de territorios palestinos que están plagados de discriminación e injusticias, que no permite al resto ser felices ni disfrutar en paz. La solución de -dos Estados para dos Pueblos- prevista (sic), ha resultado en el escandaloso fiasco de un rico Estado de Israel y un pobre pueblo palestino. (Naira Fernández, 2009. Pp. 167)